Los egipcios consideraban a su dios Tot -Dyehuthy en egipcio (Ḏḥwty), en griego Tot (Θωθ )- como el guardián de la sabiduría. Los griegos asociaron este dios egipcio con su dios Hermes, protector de la alquimia.
En griego, χημεία (khemeia) significa “mezcla de líquidos”. Khem o Min también era el dios fálico de la fertilidad egipcia, “creador de dioses y hombres” y de piel negra, cuyo culto era de origen predinástico. Como dios de la fertilidad y con ritos orgiásticos, los griegos lo vincularon con su dios Pan. Parte importante del culto a Khem o Min era el empleo de lechugas salvajes de tipo Lactuca virosa y Lactuca serriola que, al ser cortadas, producían un látex que representaba al semen.
El dios Min, antes conocido como Khem. Crédito: Wikipedia.
Durante los ritos de coronación del Nuevo Reino, se le brindaban honores al dios Khem o Min, y el faraón tenía que “sembrar su semilla”. Muchos piensan que literalmente el monarca tenía que sembrarlas pero otros difieren e indican que debía demostrar que podía eyacular. Se pensaba que este rito garantizaba los desbordes del Nilo que permitían fertilizar la tierra y la correcta agricultura.
¿Se imaginan a nuestros presidentes batiendo fuerte la muñeca frente al río Guayas o en los deshielos del Chimborazo para fertilizar las tierras?
- Jorge Osinaga -